miércoles, 31 de julio de 2013

Dios como excusa para la mediocridad social

Todos hemos tenido esas charlas casuales
en las que nuestros familiares o amigos se quejan amargamente de tal o cual situación relacionada con el sistema y/o gobierno, cada vez que me veo envuelto en este tipo de conversaciones me veo en el impulso de expresar mi opinión y sugerir una alternativa, sin embargo, es la mayoría de estas veces que de mis conocidos y seres queridos emana un pensamiento que parece estar grabado en el subconsciente de cada persona de la sociedad contemporánea:
“No hay nada que se pueda hacer”, “nada va a cambiar”, “es inútil cualquier esfuerzo”. Y este pensamiento en lo personal me parece mas que nefasto, mi lucha para erradicar este pensamiento de la gente no ha ni comenzado y será larga y tediosa por lo que es necesario identificar el verdadero causante de dicho pensar.
El ser humano lucha por naturaleza, es por si mismo un peleador de las causas justas, entonces, ¿por qué se rinde tan fácilmente ante la injusticia toda esta gente?, entre muchas causa como son la alienación producida por la competencia de mercado (capitalismo)  he identificado la  falsa sensación de justicia a largo plazo en un plano mas allá de lo material cuya fuente no es otra mas que la creencia en dios.
                                                      
 Dios y la medio-cracia
Dios esta lleno de promesas bellas de la justicia no comprobable, que todos los actos de los hombres son juzgados al final y que el bien triunfa sea como sea sobre el mal, entonces, ¿Para qué molestarse en hacer algo por el avance y evolución social si al final dios se encarga de hacer justicia? Este pensamiento es una de las anclas mas grandes de la  sociedad, es una manera de venganza justificada y encaminada a lo moral, es la justificación divina de nuestros deseos de ver caer al enemigo que nos hizo daño y una morfina mental que adormece al deseo de lucha por la justicia y todas las causas nobles, un pensamiento infantil como es el del musulmán que se inmola con la esperanza de tener  50 vírgenes a su disposición patrocinadas por el mismísimo alá.
Frederich Nietzsche se adelanto a la época al decir “Dios a Muerto” pero no se equivocó en la necesidad de acabar con este pensamiento, de que el hombre debe dejar de una vez y para siempre la necesidad de Dios para justificar cualquier estado de estática social  y concentrarse en el mundo material, Dios, en ninguna de sus encarnaciones con ninguno de sus nombres jamás vendrá a solucionar los problemas humanos,  solo los hombres podrán salvar a los hombres viviendo el ahora, justificando su existencia mediante el progreso social y no añorando un estado metafísico falso y ajeno a la dinámica.

Dios tal vez es real, tal vez no

El perfecto pensamiento agnóstico, la manera de evadir un debate que tiene origen desde el principio de la humanidad misma y que carece desde hace un par de siglos de todo sentido u objeto.
No hay manera de comprobar la existencia de dios, como tampoco hay manera de negarla totalmente,  el universo y todo lo que lo compone tiene una mecánica perfecta, funciona de acuerdo a leyes exactas que jamás fallan con una estructura  infalible , decir que esta manera de ser de todo lo que es surgió de la aleatoriedad sería aun mas ridículo que adjudicarle todo lo que es a dios, tuvo que existir, por fuerza, una inteligencia (o varias inteligencias) que estructuró todo en esta forma tan matemática de ser de todo lo que es. A  pesar de todo esto no podemos dar toda la razón a las interpretaciones  religiosas de dios por que no son más que eso, interpretaciones autocomplacientes generadas para mantener estático al hombre y feliz consigo mismo sin importar el contexto de su vida. El pensamiento o la interpretación de dios debe limitarse a la especulación, de manera Agnóstica, y la tolerancia a cada especulación debe ser sin duda alguna un elemento presente en la sociedad perfecta.

-Messy Blues Jr

No hay comentarios.:

Publicar un comentario