martes, 16 de junio de 2015

La Revolución armada

Revolución Armada, la única manera.

Ser ignorante respecto a la violencia en México sería semejante a encontrarse a unos metros de un lugar donde ha detonado una bomba  de alto poder destructivo y no notarlo, se tendría que estar muerto o se tendría que estar ausente de todos los sentidos puesto que hasta el menos avispado de los individuos puede dárselas de muy listo repitiendo lo que el descontento social arroja diariamente.
Y sin embargo considero más terrible y reprochable el tener conocimiento respecto a esto, el haber escuchado y estar consientes de la explosión cercana y no asumir la responsabilidad social, política  e histórica que conlleva y no hacer nada.

Los acontecimientos recientes en la historia de México sugieren la transformación de nuestra sociedad como algo muy cercano y esto nos coloca frente a una interrogante importante:
¿Podrán verdaderamente los métodos pacíficos y legales ser la herramienta de la transformación social o hace falta algo más?

En el desarrollo del siguiente ensayo tratare de demostrar que la lucha civil y política de tipo pacífica y legal no puede ser considerada como la solución a los problemas sociales y políticos que azotan a nuestro país, sino, la revolución armada.

Hay que aclarar de antemano que no se defiende una violencia sin sentido, solo por violentar, se debe buscar una violencia metódica y organizada, una violencia que debe ser utilizada cuando verdaderamente ya no existe otra opción. De esto hablaremos en el desarrollo.
Los argumentos contra el levantamiento armado:

La sociedad contemporánea se halla envuelta por un manto de ultra moralismo nihilista que cubre nuestra perspectiva con creencias respecto a la violencia como método para resolver los problemas sociales de todo tipo. La posmodernidad presume de manera arrogante la civilización y la diplomacia y así como el que, carente de todo carácter y personalidad se vanagloria de victorias superfluas o falsas, la sociedad mexicana actual no carece menos de lo antes mencionado.

La sociedad mexicana ha engendrado el fetiche de la legalidad buscando mantener el status quo de las clases sociales.
¿Qué debemos entender por fetiche de la legalidad? Es la confianza total (y sin base real como veremos más adelante) en las instituciones políticas y los procesos burocráticos del estado como medio de alcanzar una sociedad sana y la solución de los problemas de todo tipo. Hay que agradecerles pues lo único que de manera acertada señalan los fetichistas y es que existen problemas de tipo económico, político y social, por lo demás, nos ocuparemos en breve.
También existen aquellos que a pesar de no creer en las maneras institucionales defienden un método de manifestación pacífica y de función simbólica y  proponen que de este modo se pueden resolver las crisis de la sociedad contemporánea.

Podemos pues ubicar a los fetichistas, a los pacifistas  y las posturas radicales, de este modo partiremos de los argumentos de los primeros:

Argumentos de los fetichistas
(Principalmente la clase política dominante, los militantes de los partidos oficiales, estudiosos y catedráticos) Para los fetichistas las instituciones son el producto del trabajo intelectual del hombre desarrollado a lo largo de la historia, muchos defienden que esta ardua labor histórica de los intelectuales se dio por una razón; el desarrollo natural de las formas de gobierno que buscan precisamente evitar la violencia en los individuos y que solo requieren de un mejoramiento democrático constante por medio de reformas (de ahí también que sean llamados reformistas)
No se niega ni se demerita en primera instancia las teorías de organización política en las cuales se basa (o que se supone se basa) la sociedad mexicana, sin embargo; ignoran como funciona realmente el estado.

La teoría del socialismo científico señala los distintos modos de producción que sostienen las diferentes etapas de la sociedad humana, respecto al modo de producción capitalista hace importantes observaciones. En el seno de la sociedad capitalista existen 2 clases sociales principales en razón de que pueda existir este modo de producción, explotados y explotadores, esto es algo incontrovertible así como la idea de que si hay clases sociales diferentes tendrán intereses de clase diferentes, más bien, opuestos.

Frederich Engels , uno de los padres del socialismo científico complementa las obras con su teoría del estado: El estado en primera instancia debería de fungir el papel de mediador entre las clases, sin embargo; ha demostrado velar por los intereses de la clase dominante que ha dado a la sociedad su imagen y semejanza, la corrupción engendrada al hacer el valor último de las cosas el enriquecimiento des conmensurado de una clase permite pues que el estado se vuelva un guardián del viejo orden burgués, el representante máximo de los intereses de clase y su aparato de represión.

El estado mexicano es la comprobación absoluta de lo dicho anteriormente ¿Cómo podemos creer que un estado que ha permitido el nombramiento de un presidente de la república a un individuo a partir de comerciar con las necesidades de los explotados y las clases mas bájas, que tiene en su historia casos de presuntos fraudes electorales, que sostiene una burocracia inservible, errática y ridículamente bien pagada que nunca resuelve los problemas que se le presentan, que altera la carta magna a voluntad y conveniencia, va a utilizar las instituciones que él mismo ha creado para mantener su estructura de poder, para satisfacer realmente las necesidades de la gran mayoría en contra de sus propios intereses de clase?

Los fetichistas no quieren ver (o simplemente no pueden ver) que el estado parásito (en medida de que vive a costa de los explotados) no tiene ni tendrá intenciones de permitir que sus inteseses de enriqecimiento y poder se vean desplazados por los intereses de la mayoría de la población y específicamente de la clase explotada que no son otros intereses más que los de tener una vida humana digna para ellos y sus familias.

Estos oportunistas generalmente asumen las posturas que asumen por su propio interés de participar del estado parásito, buscan su conveniencia por sobre de la estabilidad y justicia social y por ello deben ser descartados como postuladores validos de una lucha social que verdaderamente busque la transformación social.

El argumento utilizado por los mas decadentes partidarios de estas posturas esta envuelto del nauseabundo olor putrefacto del conformismo y del desinterés más profundo defendiendo que “si las instituciones ya existen, ¿Para qué molestarse?”
Los defensores de estas ideas deben saber que son libres  de quedarse en el pozo de la resignación social, probablemente ese es el lugar que les corresponde, pero deben entender también que hay libertad  de no hacerlo y buscar un cambio radical y efectivo de la sociedad y no deben entorpecer este proceso natural de la sociedad como es la revolución y el derrocamiento de toda estructura e institución política existente en la búsqueda de una sociedad diferente.

Los pacifistas no están mejor parados, la lucha pacífica es la primera manifestación del descontento social, generalmente surgidos de la espontaneidad de masas y de la reacción inmediata a una acción que genera descontento o indignación, sin embargo; los pacifistas creen que esta manera insistente de hacer una demanda específica a una institución del tipo que sea nos llevara a la solución de todos los problemas sociales.

Básicamente pretenden que “pedir por favor” aquello que es derecho humano, que se supone “inalienable”, aquello que pertenece a los individuos por el simple hecho de ser individuos, al estado que como ya dijimos tiene otros intereses.

Es también apreciable a simple vista por los resultados de esta lucha pacífica desde la época de los 60’s que no podremos alcanzar solución alguna por esta vía, ya hemos dado suficiente oportunidad a la paz, sin resultados.

Las tomas simbólicas, los paros de actividad, los eventos artísticos, todo esto cumple con una función simbólica que da prueba de una sociedad lo suficientemente sana para mostrar descontento, por desgracia así como florecen y son bellos por un tiempo, se marchitan y mueren sobre su incapacidad para transformar a la sociedad.

Los pacifistas rechazan la violencia bajo el conocido refrán “la violencia solo engendra más violencia”. Sometamos esto a un juicio lógico, primero no podemos ignorar que el estado en este momento esta siendo violento, si asumimos que violencia da como resultado violencia, entonces solo podemos responder de manera violenta. El pacifista tal vez argumentara que podemos evitar ser violentos en primera instancia, entonces, si tenemos como sociedad y como especie la capacidad de evitar ser violentos frente a un estado que produce violencia, tenemos la capacidad para evitar ser violentos después de derrocar al estado que genera violencia y así poner fin a esta situación.

Los pacifistas al igual que los fetichistas o no quieren darse cuenta de que vivimos en una sociedad violenta o solo son incapaces de verla o también como algunos fetichistas tienen un interés oportunista y pretenden defender estos intereses.
Si nos han tratado de convencer que respecto a lo social la violencia no es la manera de resolver los problemas es un reflejo de los dichosos intereses de la clase que manipula a la sociedad a placer y que ve peligroso para su hegemonía que comience a considerarse el levantamiento armado como una opción.

Los explotadores como clase tienen conciencia histórica, ellos mismos en las revoluciones  burguesas derrocaron al régimen feudal, así como el esclavista murió para dar paso al feudalismo, comprobando la validez del materialismo histórico, por ello, es obvio y natural que tiemblen ante la idea de revolución y se arman de todos los medios posibles para posponerla, retrasarla o de manera inútil, evitarla. De este modo la moralidad que nosotros respetamos tiene la intención de mantenernos sumisos y oprimidos.

Elementos que justifican el levantamiento armado según la historia.

Tomas Jefferson, uno de los padres fundadores con gran relevancia de los Estados Unidos dice: “cuando la injusticia se convierte en ley, la rebeldía se vuelve obligación” como sabemos los pensamientos que derivaron en la independencia de las 13 colonias tuvieron una fuerte influencia de la corriente ilustrada del pensamiento francés. A su vez en Francia estalló la revolución incitada por estas mismas ideas.

Señalaremos algunos elementos propios de la situación francesa antes de la revolución:
1: Gobierno despótico y monárquico que limitaba el poder político a si mismo y sus allegados.
2: Economía inestable, hambruna, enfermedad y pobreza extrema
3: Elementos de represión por parte del estado buscando su conservación
4: Descontento general por las causas anteriormente mencionadas, estallidos de desobediencia civil esporádicos y cada vez más intensos.
5: Pensamiento de la ilustración.

Todos estos elementos derivaron en la revolución francesa. Posteriormente esta serie de levantamientos serían denominados por el socialismo científico como las revoluciones burguesas y una fase necesaria del desarrollo histórico de la sociedad.
Una de las revoluciones que marcó para siempre la historia fue la revolución socialista de 1917 en Rusia. 

Los elementos que derivaron en el levantamiento ruso citado fueron varios:
1: La familia real del Zar y él mismo mantenían un gobierno despótico de presunta libertad democrática.
2: Economía inestable (a causa de diferentes guerras) hambruna, enfermedad y pobreza.
3: Represión brutal a los estallidos sociales de descontento (Véase domingo sangriento) persecución, exilio y fusilamiento.
4: descontento cada vez mayor de la población.
5: el desarrollo de las teorías marxistas de la revolución proletaria protagonizado por el ala bolchevique del   Partido Socialdemócrata Ruso (posteriormente, Partido Comunista Bolchevique de Rusia)
Hagamos lo propio con la situación del México actual:
1: Narco-estado que busca mantener los intereses de una clase específica, estructura de 3 partidos predominantes sin que haya diferencia alguna entre quien gobierna.
2: Economía inestable de un país en deuda sin oportunidades laborales ni educativas suficientes para satisfacer la demanda.
3: excesiva y descarada represión ante las manifestaciones de descontento social de naturaleza violenta, desapariciones y muertes de quienes se manifiestan.
4: descontento general.
Pareciera pues que el único elemento faltante para repetir la historia revolucionaria es una teoría de la misma.

El estado parásito nos ha llevado ya a la necesidad de la autodefensa violenta, así como no se puede acusar de asesino a quien busca defender su vida, en legítima defensa pues, así debemos acabar con la fuente de la violencia de nuestra sociedad.

¿Cómo podemos anteponer una moral podrida y que busca los intereses de una clase explotadora a la desaparición de estudiantes, asesinato y represión de la población en general, manipulación de medios de comunicación de todo tipo, violación interminable de los derechos humanos más básicos, a la condición de miseria de la gran mayoría de la población?

La dirección y la manera en que debe llevarse a cabo la revolución armada es un tema para otro ensayo, por lo pronto ya hemos resuelto las interrogantes principales que buscaba resolver este.

¿Pueden los métodos legales e institucionales (fetiche de la legalidad) o de desobediencia civil pacífica (pacifismo) resolver los problemas críticos de la sociedad mexicana? La respuesta es no, el estado parásito no tiene intenciones de ceder sus intereses ya sea por la resistencia pacífica o por las instituciones que él mismo creó para mantener su poder

La segunda pregunta implícita contestada es: ¿Hemos llegado ya a la necesidad de implementar la violencia para liberarnos de este yugo de represión y violencia contra los gobernados?

La respuesta a mi parecer es si, muchos argumentaran que las condiciones que se vivían en el invierno ruso (por retomar el ejemplo anterior) no son comparables a la miseria en el campo mexicano, no se trata de que tan menos miserables somos, sino que tan miserables seguimos siendo y mientras la gran mayoría de la sociedad este sumida en la explotación asalariada y la miseria del capitalismo  tenemos que seguir buscando la transformación de la sociedad por los medios que tenga que llevarse a cabo.

Víctor Rivera (Messy II)







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