sábado, 29 de abril de 2017

MORENA, el partido de la reacción.

Nuestro país padece de una intensificación de la lucha de clases; la inflación del precio de las mercancías, la explotación asalariada cada vez más intensa y la privatización gradual de todas las ramas de la producción se traduce en miseria para la gran mayoría y arroja cada vez a más elementos de las clases oprimidas a la lucha por la conquista de sus “derechos básicos”. Ésta lucha se manifiesta en diversas intensidades y plataformas, una de las cuales pretendo analizar en el presente texto, a saber, el partido Movimiento Regeneración Nacional.

No me detendré en revisar el historial de su dirigente político, partiré más bien analizando la situación del partido antes de su registro oficial hasta hoy en día, a un año de las elecciones del 2018.

Morena, antes de conseguir su registro como partido oficial, gozó de un apoyo considerable de las masas entre las que se pueden reconocer elementos pertenecientes a distintos sectores de la población (campesinado pobre y pequeño burgués, estudiantes y académicos pobres y pequeño burgueses, profesionistas de distintas ramas y más). En fin, un amplia gama de agentes de las clases populares. Dicha popularidad es consecuencia de la tendencia así llamada “populista” manejada por el dirigente desde hace ya varios años de vida política. Su discurso es de tendencia a la “izquierda”, que sugiere un compromiso político para con los sectores desfavorecidos por el modelo económico-político imperante.

Impulsado por las masas y por cierta disciplina de sus militantes, el movimiento consiguió superar los obstáculos de la burocracia electoral para perfilarse como partido político oficial.

Aquí, me detendré a revisar las consignas importantes que constituyen la personalidad política del movimiento, conocidos por todos quienes hayan tenido el menor contacto con su propaganda y/o documentos oficiales.

MORENA se propone así mismo, como movimiento de oposición, hacer frente primero a la evidente corrupción que ha infectado al estado mexicano completo; confrontarse con la iniciativa privada y su capacidad extraoficial de ejercer el poder en su beneficio y segundo; garantizar el bienestar de los desfavorecidos. Incluso se ha declarado enemigo de la corriente “neoliberal”.

Pero, ¿De qué manera sugiere éste partido resolver los síntomas del modelo neoliberal? No es un secreto que el partido se propone una transformación política pacífica de las relaciones entre estado, iniciativa privada y gobernados que una vez iniciada por el partido en el poder (puesto ahí democráticamente además) garantizara la “justicia y paz social”.

En primer lugar hay que mencionar las cosas por su nombre; el así llamado neoliberalismo no es otra cosa que la forma final del capitalismo global. Nuestro país padece ya desde hace bastantes décadas de toda la sintomatología de una sociedad capitalista donde los dueños de los medios de producción someten a la explotación asalariada al resto de la sociedad, sometiéndola a su vez a la miseria. Pero además, nuestro país es una víctima predilecta del imperialismo (los dueños de los medios de producción de otro país explotando recursos y mano de obra del nuestro).

Esta situación confronta pues a los capitales nacionales y extranjeros que invierten directa e indirectamente en el aparato estatal mexicano, para que este procure los intereses de tal o cuál bando en perjuicio del resto de la sociedad.

Hasta aquí quedan claras las características esenciales de la política mexicana, El  aparato estatal mexicano como un todo (los tres poderes,  los partidos políticos, los funcionarios públicos, la policía, el ejército y las cárceles así como el sistema penal, etc.) ha demostrado ser un dispositivo en disposición de los intereses de la iniciativa privada (a veces nacional, a veces extranjera), un conglomerado de mercenarios que se vende al mejor postor.

Y es en este escenario de explotación, miseria y corrupción que el dirigente de MORENA y por supuesto toda la estructura llama al pueblo… ¡a conservar la paz!

MORENA no solo ha confundido el imperialismo con neoliberalismo o izquierda por liberalismo oportunista sino que ha decidido ignorar deliberadamente la cuestión del capitalismo mexicano y  además, se propone como solución al conflicto social el adherirse pacíficamente al aparato político infectado. Y no solo eso, desde que el movimiento se volvió partido oficialmente le ha permitido el ingreso a sus filas a la peor escoria de la política mexicana pertenecientes a los viejos partidos de rapiña.

Pero eso no es todo. En una lista que el propio partido entregó a la prensa (de acuerdo a “El Universal) se dan a conocer los nombres de los empresarios que pertenecen al consejo consultivo de la campaña de Andrés Manuel para las elecciones del  2018, de entre ellos destacan los nombres de Fastlicht Sackler (suegro del presidente de Grupo Televisa) Miguel Torruco (secretario de turismo de la CDMX y consuegro de Carlos Slim) además de Esteban Moctezuma, presidente ejecutivo de Fundación Azteca (¡!). Es decir que la campaña de MORENA está siendo dirigida por nada más y nada menos que la burguesía nacional.

La formación de un partido político de oposición es sumamente difícil. Al nacer en condiciones generalmente adversas solo la gente genuina y verdaderamente fiel al programa del partido se queda a construir las bases y cuando éste ha madurado, y si es verdaderamente revolucionario, aprende a mantener a raya a los oportunistas y parásitos que intentan filtrarse cuando lo más difícil de la construcción partidaria ya ha pasado. Pero MORENA no solo no ha prevenido esto, sino que ha dejado las puertas abiertas de par en par a los elementos oportunistas y a los parásitos de la clase opresora.

MORENA entonces, por obvias razones, no se plantea la transformación de las condiciones económicas que permiten la situación mexicana, al llamar a las clases explotadas a la “paz democrática” está más bien sirviendo dócilmente a los intereses del orden capitalista establecido. El partido y su dirigente, al ofrecer como medio de lucha la conquista democrática a través de los organismos creados por el propio estado para preservar su poder le pone una trampa mortal al movimiento obrero.

Es en este sentido que MORENA como partido se convierte en un agente tanto más peligroso que partidos como el PRI; mientras que éste último resulta fácilmente identificable como una obvia estructura enemiga del pueblo mexicano , el primero se presenta como una ilusión ambivalente que seduce a las clases oprimidas; que promete un capitalismo utópico sin su sintomatología. Se disfraza como amigo del pueblo sin dudar al instante en traicionar a las clases explotadas para afianzar su poder.

En la dinámica de la lucha de clases, MORENA es el dispositivo llamado a contener a la oposición política, es una de las fuerzas de contención de las que dispone el capital para evitar el estallido de una guerra civil que ponga en riesgo sus intereses.

Si las clases explotadas quieren proponerse seriamente como programa político la transformación de las relaciones económico-políticas deben desplegar un programa revolucionario capaz de superar los prejuicios morales actuales y arrebatar por la fuerza el poder a los elementos parasitarios de la sociedad. Deben desenmascarar a la socialdemocracia representada por MORENA como el aparato de dominación burguesa que es realmente.

Es imposible hacer una predicción precisa del futuro pero, contemplando los elementos que configuran la situación política del país y de la socialdemocracia me parece que la victoria hipotética de  MORENA en las elecciones del siguiente año (en caso de ser esto algo posible) puede tener 3 desenlaces (aunque esto es meramente una especulación):

A) El partido, ya en el poder, desarrolla una política semejante a otros gobiernos de izquierda como en Latinoamérica, donde se alcanzan algunos triunfos sociales pero no se erradica ni la explotación asalariada ni la corrupción lo cual habilita la posibilidad (aunque bien podría decirse que se da de manera inevitable)de la perdida de estos mismos logros en el futuro (Lo cual considero personalmente mucho pedir incluso para nuestra socialdemocracia).

B) El partido toma el poder y no ocurre ningún cambio significativo de las relaciones económico-políticas del país (Como en los casos en que en las elecciones el PAN gana en lugar del PRI y viceversa). Lo cual solo se traduce como una continuación lineal de la política anterior.

C) Debido a la tendencia del partido de apoyar a la burguesía nacional respecto a la burguesía extranjera “neoliberal”, y conociendo además el interés histórico de las potencias extranjeras por el botín económico que representa nuestro país en sus cálculos, puede ocurrir que MORENA es despojado de su triunfo democrático hipotético, ya sea a través del fraude electoral (como en 2006) o de medios más violentos que restablezcan rápido el dominio imperialista en la política nacional.


En cualquier caso, el movimiento obrero en particular y el de las clases oprimidas en general no pueden perder de vista la tendencia de la política mexicana de beneficiar a la clase parasitaria, debe aprender en su desarrollo como movimiento a distinguir entre las consignas verdaderamente revolucionarias y las promesas mesiánicas de la reacción burguesa.

V.  Messy

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