Sobre tiros y
jalones.
El siguiente texto pretende responder de manera crítica las
ideas expuestas en el artículo titulado “El último jalón” publicado en el
periódico digital SDPnoticias el sábado 1° de julio del 2017 a las 17:38.
¿Por qué he escogido particularmente éste
texto? En vísperas del teatro improvisado sexenal llamado “Proceso electoral” a
celebrase en nuestro país es necesario más que nunca la reflexión política,
particularmente en torno de los mal asumidos “protagonistas” políticos del circo
antes mencionado para poder poner en perspectiva clara los mecanismos que
permiten toda la estructura del poder político nacional.
Y es que el artículo citado, escrito
por un militante activo de MORENA es rico en contenidos desmontables, nos da un
hilo suelto que nos permite casi por inercia deshilachar su envoltura y que
permite una exposición inclusive didáctica de un fetichismo por la legalidad y
un mesianismo estéril que ha permeado a la izquierda nacional (en su mayoría)
desde tiempos de la guerra fría.
Comenzaré citando el principio:
“En los últimos días el líder de MORENA en un nuevo spot anima a sus simpatizantes para aguantar lo que él llama el “último jalón”. Y se refiere precisamente a la nueva jornada electoral que está por venir en el 2018. Los motiva a prepararse para la grande, para la que seguramente será la “última vez” que Andrés Manuel participe como candidato a la presidencia de la república, y nuevamente será el “Peje” contra “la mafia del poder”, pero ahora ¿quiénes integran o forma parte de ese grupo del que tanto habla Obrador en cada uno de sus discursos? y ¿qué nueva estrategia manejarán para alcanzar a Morena rumbo a la silla del águila?”
Aquí se hace una clara referencia al fraude electoral
montado por el PAN en 2006, una muy dura lección para la izquierda nacional. Lo
que parece no tener presente el autor, y a su vez, la inmensa mayoría de la
militancia de MORENA es que, como diría Marx; la historia se repite primero como tragedia y
después como farsa. ¿A que me refiero con esto? Quisiera citar un extracto de
un magnífico artículo digital que hace referencia a esta frase de Marx
encontrada en el “Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte”.
“La idea básica de Marx en esa figura retórica de la doble
aparición de los fenómenos… es que el paso del tiempo, de la historia, es
impiadoso con las manifestaciones que no están ajustadas a su época. En la
deriva rápida de la historia unas décadas de atraso, una falta de
reconocimiento del cambio de las circunstancias, lleva al enmohecimiento y al
ridículo. Lo que antes eran prácticas y creencias llenas de vitalidad se
convierten en rituales vacíos hablados en un lenguaje muerto. Lo que nos
evocaba horizontes al alcance de la mano, llenos de significado, pasa a ser una
árida y deslucida expresión que solo produce incomodidad, falsa emoción o,
directamente, risa. Y la risa será mayor en proporción a la enormidad de la
tragedia y la épica que la antecede, porque esa es también una regla de la
dialéctica,” (link del artículo al final)
¿Por qué me he molestado en
explicar con esta cita la figura retórica de Marx? Y además, ¿Qué tiene que ver
con el tema que nos trae a cuento? Andrés Manuel es el heredero de una tendencia
que tiene sus raíces en las luchas políticas del siglo pasado, un conjunto de
ideas acusadas de “populistas” por sus opositores en años recientes por jurar
cierta “lealtad” (aparente) a los sectores desfavorecidos de la sociedad, es
decir, no es solo el candidato el protagonista de la contienda, de algún modo
es lo que representa y viene cargando lo que le da el apoyo de las masas y ha determinado la configuración de su
personalidad política (a lo que el autor referirá en el texto como
“obradorismo”), lo que permite además la
movilización de las masas y el desenvolvimiento político mencionado. En el
2006, en la elección, se había alcanzado un punto crítico de éste movimiento,
impulsado por el descontento real y palpable de las masas, la victoria era
segura y esto era un reflejo claro del despertar de una conciencia dormida, al
menos, en pos de la lucha por reivindicaciones inmediatas y democráticas.
Pero claro, el orden político
económico se las ingenió, a penas con esfuerzo, para impedir este triunfo
electoral dando a luz al movimiento
regeneración nacional.
¿Qué aprendió la izquierda política de este enfrentamiento? Ésta ha sido una lección que está presente en la historia de la izquierda y el movimiento obrero internacional: nuestro sistema político y el orden económico de explotación y miseria que le da sustento no conocen de ética ni de democracia y no van a dudar en llegar a las últimas consecuencias para mantenerse con vida.
¿De qué manera sugiere ahora MORENA partido resolver los
síntomas del modelo neoliberal que con tanta pasión ataca? ¿Cuál es la táctica
de lucha política posterior al golpe de estado en 2006? No es un secreto que el
partido se propone una transformación política pacífica de las relaciones entre
estado, iniciativa privada y gobernados que una vez iniciada por el partido en
el poder garantizara la “justicia y paz
social”. En resumidas cuentas, ha pasado totalmente por alto la lección tan
dura y clara del 2006, y ya sea por ingenuidad política o la intención
deliberada de permitir la existencia del sistema económico político vigente se
ha petrificado en su estrategia electoral pacífica.
“Lo que nos evocaba horizontes al alcance de la mano,
llenos de significado, pasa a ser una árida y deslucida expresión que solo
produce incomodidad, falsa emoción o, directamente, risa.” Lo que primero fue una expresión de la conciencia política
espabilándose, organizándose ahora pretende estamparse contra la pared del
ridículo y la farsa.
Y es que un partido político de oposición que se respete
comprende la necesidad de la constante transformación y cuestionamiento de las tácticas
de lucha, un partido político competente para guiar a las masas a su
emancipación procura una adaptación constante a las formas de lucha emergentes
y a los cambios contingentes de la acción además claro de una lealtad completa
hacia las clases desfavorecidas: “En la deriva rápida
de la historia unas décadas de atraso, una falta de reconocimiento del cambio
de las circunstancias, lleva al enmohecimiento y al ridículo.”
Pero volvamos con el autor:
“…PAN y PRD ya tienen
armado su plan de contingencia contra el obradorismo a lo que llamaron Frente
Amplio Opositor, disfrazado como un movimiento para frenar y confrontar
al PRI en la contienda del 2018. Y aunque Barrales abrió la invitación hacia el
líder de Morena para unirse y someterse a un proyecto que pretende mantener el
mismo sistema político y económico [NOTA:
¿Acaso Andrés Manuel se ha planteado realmente la transformación del sistema
económico? Deberíamos pedir al autor una cita clara], sabemos perfectamente
que Andrés Manuel no tomará partido en una alianza tan insípida donde la
ultraderecha nacional forma pactos tan aberrantes con quienes tendrían que
estar a favor de las garantías de los ciudadanos por el valioso hecho de ser
personas siendo esto un principio fundamental de la izquierda o por lo menos
eso debería ser.”
En la estructura de todo el texto, podemos encontrar
momentos como el de la parte final de ésta cita donde el autor pareciera querer
escapar del molde de pensamiento adoptado por los militantes de MORENA, como si
se tratase de un estornudo o algún otro impulso involuntario, y es que tal
parece que él mismo no conoce bien a su partido:
¿Andrés Manuel no tomaría partido en una alianza insípida de
ultraderecha? como se pondría el autor al saber que en el consejo consultivo de la campaña de Andrés
Manuel para las elecciones del 2018 destacan los nombres de Fastlicht
Sackler (suegro del presidente de Grupo Televisa), Miguel Torruco (secretario
de turismo de la CDMX y consuegro de Carlos Slim), además de Esteban Moctezuma,
presidente ejecutivo de Fundación Azteca (¡!) ¿Diría el autor que estás son
alianzas con burgueses de ultraizquierda? Tal vez ellos no sean lo
suficientemente insípidos para quien escribe.
Y claro parece también desconocer totalmente los casos de
conocidos corruptos, “absueltos” por Andrés Manuel “Pontífice” Obrador en
persona, que salen de partidos como el PRI o el PAN y que se integran, sin consulta de sus bases, a
la “militancia”.
La formación de un partido político de oposición es
sumamente difícil. Al nacer en condiciones generalmente adversas solo la gente
genuina y verdaderamente fiel al programa del partido se queda a construir las
bases y cuando éste ha madurado, y si es verdaderamente revolucionario, aprende
a mantener a raya a los oportunistas y parásitos que intentan filtrarse cuando
lo más difícil de la construcción partidaria ya ha pasado. Pero MORENA no solo
no ha prevenido esto, sino que ha dejado las puertas abiertas de par en par a
los elementos oportunistas y a los parásitos de que pertenecen al sector de los
explotadores; empresarios, servidores públicos y demás escoria.
Sigamos con nuestro autor:
“Morena tiene un camino muy turbulento rumbo a la que puede
ser la buena, y está cometiendo muchos errores que le han de costar
votos e incluso la confianza que se ha ganado en los últimos meses.”
Nuevamente, un destello de conciencia brotando de nuestro
autor.
“Y es precisamente el
caudillismo de López Obrador uno de esos factores, pues en las filas del este
partido no existe otra figura más sobresaliente o que genere la misma empatía y
convocatoria como lo hace el peje. (Nuevamente
en lo correcto). Un vivo ejemplo fue la contienda en el Estado de México
donde la maestra Delfina tenía que recurrir a la presencia del presidente de
Morena para poder levantar la campaña, que si bien, hay que reconocer que la
maestra también produce cierta confianza en el electorado, no fue suficiente
para hacerle frente a la ambiciosa y bien controlada campaña de Alfredo del
Mazo, debido a que como en otros escenarios, Morena no ha aprendido que sola no
va a poder contra esa mafia que tanto menciona, necesita redefinir su estrategia
política en una alianza con los partidos que son clave en la izquierda,
que hagan más fuerte a AMLO en las cámaras (considerando que gane la
presidencia), que sean parte importante en el porcentaje entre ganar, perder o
conseguir un empate técnico.
Quisiera detenerme nuevamente aquí donde pareciera que el
autor responde a mi exigencia de la dinamización de la táctica partidista y
fijar la atención del lector en las últimas palabras:
“Morena no ha aprendido que sola no va a poder contra esa
mafia que tanto menciona, necesita redefinir su estrategia política en una
alianza con los partidos que son clave en la izquierda”
¿Y exactamente con cual partido de izquierda pretende el
autor que MORENA forme una alianza? ¿El PT?, ¿Tal vez el PRD?, ¿Ha surgido una
nueva potencia partidaria electorera y el país no se dio cuenta? El autor lo
tiene claro, MORENA sola “no va a poder contra esa mafia” y pareciera que elevara el vuelo a formas de crítica
partidista más arriesgadas, pero de pronto, se le ocurre que para no combatir a
esta mafia “sola” MORENA debe aliarse con Partidos políticos sin especificar.
Si se refiere a los partidos oficialmente registrados, menudo remedio, se
traduce entonces como un llamado a la necesidad de aliarse con otras mafias
partido, que no son más que apéndices purulentas del sistema electoral podrido.
Si se refiere a partidos no oficiales, MORENA ya cuenta con una cola bastante
larga de “partidos políticos” de este tipo de “izquierda”, incluso así llamados
marxistas, que reproducen las formas enmohecidas de la política de MORENA.
Pero el colmo de la paradoja es lo siguiente, la continuación de la
explicación de su remedio mágico: “…que hagan más fuerte a AMLO en las
cámaras (considerando que gane la presidencia), que sean parte importante en el
porcentaje entre ganar, perder o conseguir un empate técnico.”
Para el autor, la cura para el caudillismo protagonista de
AMLO es precisamente ¡reforzar su presencia en las cámaras (¿?), reafirmar su
protagonismo y de este modo, el estatismo de su militancia inerte! El apoyo de
estos partidos de izquierda (de donde quiera que pretenda sacarlos el autor)
para la contienda meramente electoral.
Por último, quisiera plasmar aquí la conclusión de su
artículo:
“En este último jalón no se puede permitir o darse el lujo
de valentonadas, si el sr López realmente quiere llevar a cabo su proyecto de
nación (Nuevamente, el reduccionismo
protagónico presente), tiene que conseguir el gane sin generar dudas y con
un amplio margen de votos entre él y cualquier otro candidato, de otra manera
ya tiene una crónica de una derrota anunciada y quien lo sabe perfectamente es
Acción Nacional, quien está dispuesto a abandonar sus lineamientos más
puritanos para alcanzar el poder a como dé lugar(y por última vez, el autor está en lo cierto respecto a Acción
nacional), sin importar con quien genere alianzas, al final “haiga sido
como haiga sido” lo que importa no es sacar al PRI, sino debilitar a Morena en
lo moral como en lo político, y tienen un largo año para lograrlo, es un tarea
no muy difícil, porque saben cómo hacerlo y hacerlo muy bien.”
Y el autor no debería dudar en sus últimas palabras coherentes expresadas aquí ni un
momento si quiere conservar la poca lucidez política que manifiesta en esta
propaganda mesiánica, porque tal vez en el futuro esto lo lleve a nuevos
caminos “inexplorados” por la izquierda mexicana fosilizada, entreguista y
conciliadora.
Hoy en día, a 11 años justamente de la derrota de la
izquierda en la trinchera electoral, la sociedad mexicana se ha transformado
considerablemente en lo que respecta a la comunicación y la tecnología (y
claro, la contienda política), Andrés Manuel, paradójicamente, a resultado
favorecido por la campaña de desprestigio contra él pues en gran parte ha hecho
de él el candidato más popular para las elecciones del 2018 (también en gran
parte, favorecido por la ignorancia y apatía aun dominante en las masas, pues
un gran porcentaje de la población ni siquiera conoce a los demás candidatos) ya
que como es bien sabido, no hay mala publicidad, solo publicidad. Sumando a
esto el hecho de que la dirección del partido no ha vacilado en aliarse con
elementos de la burguesía para asegurar su candidatura tenemos como resultado un panorama tal vez no
del todo claro respecto a los resultados electorales pero bastante predecible
para cualquiera suficientemente espabilado políticamente: más del mismo circo
electorero que nada cambia y nada cambiará.
Existe una realidad social a la que los políticos e
intelectuales de MORENA parecieran no querer atender: Vivimos en una sociedad
capitalista dividida en clases sociales y si las clases explotadas quieren
proponerse seriamente como programa político la transformación de las
relaciones económico-políticas que permiten la explotación y la miseria deben
desplegar un programa revolucionario capaz de superar los prejuicios morales
actuales y fosilizados en el tiempo, perpetuados por el sistema cultural que
justifica el status quo capitalista; deben desenmascarar a la socialdemocracia de “izquierda” representada por MORENA como un
partido aliado a los intereses de las clases explotadoras, ya sea por
ingenuidad política o por simple y llano
oportunismo.
-Víctor Messy
Artículo original:
Artículo sobre la frase de Marx:
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