lunes, 12 de octubre de 2020

Covid-19 y la desaparición de la clase “emprendedora”.

 From the Archive | Class struggle in Africa  : New Frame 

Con la crisis general del capitalismo agravándose paulatinamente en todo el mundo, acelerada particularmente por la aparición del Covid-19, el movimiento obrero en México tiene de frente nuevos desafíos, tanto en el ámbito de lo práctico como en la dimensión teórica, muchos de los cuales resultan nuevas actualizaciones de viejas desviaciones, propias de la ideología burguesa infiltrada en el cerebro de los oprimidos. Uno de estos desafíos corresponde a la discusión sobre el futuro de la pequeño burguesía y su papel en la dinámica de la lucha de clases.

En nuestro país, la clase asalariada aún conserva prejuicios burgueses con respecto al papel que desarrolla el pequeño propietario en la economía, le considera muchas veces “generador de empleos”, le contra pone la figura del “emprendedor” al gran burgués, dueño de algún monopolio y le relaciona con un agente positivo, necesario para la actividad económica y única competencia real de las grandes empresas y las transnacionales “malvadas”. Así, hoy, en medio de la contingencia, se deja embaucar con ideas emergidas de estos prejuicios, se prepara para “apoyarle” económica y políticamente y desvía la lucha por su emancipación a remedios temporales, al combate del gran capital desde el pequeño capital, a formas de intercambio del capitalismo prematuro o precapitalistas, es decir: al reforzamiento de su propia explotación y de todo el orden burgués establecido.

Naturalmente, un miembro de la clase oprimida, convencido hasta el hartazgo del fetiche del trabajo, de las ideas del emprendedurismo y la esperanza de escalar de su condición de clase a una favorecida, solo puede ver, frente a la barbarie “neoliberal” (aquí le diremos, capitalista), al mercado nacional y a la pequeña producción como redentora del proceso de acumulación del capital en monopolios y en una minoría ridículamente rica, y por supuesto, le presenta una oportunidad de remedio para las condiciones del sistema capitalista, para un viraje a formas menos depredadoras de su constitución.

Será necesario pues retomar la lucha contra este prejuicio aclarando cuál es el papel que tiene el pequeño empresario en la producción capitalista y su futuro en relación al desarrollo del capitalismo, desde el estudio científico de la economía política realizada por el marxismo-leninismo, en razón de favorecer el desarrollo de la conciencia política del proletariado y de su lucha por la transformación radical de toda la sociedad existente. Para este propósito habré de servirme de un fenómeno propio del sistema capitalista, denominado “proletarización”.

En el marxismo utilizamos el concepto de "proletarización" para referirnos al fenómeno de desaparición de la pequeño burguesía, de las clases "medias", de los pequeños comerciantes, en fin, de lo que se conoce comúnmente en la conciencia del proletariado como "empresario" "emprendedor" "pequeña y mediana empresa" etc...

La tendencia del capitalismo al monopolio, las herencias familiares de cientos de años y el juego político sucio de los grandes dueños de los medios de producción permiten la existencia de una clase por sobre todas las clases, de una gran burguesía, la de los grandes empresarios, banqueros y dueños de grandes sumas de capital, y, a pesar de ser una minoría ridícula, ejercen un poder contra el que poco pueden hacer los pequeños propietarios y comerciantes; el incremento de los precios de venta y renta de piso, así como de los impuestos varios a mercancías específicas o a sectores particulares de la producción, arremeten constantemente contra el pequeño "emprendedor" que, a diferencia de los grandes empresarios, asociados al narcotráfico y dueños de alguna facción de los partidos burgueses, no pueden evadir impuestos, lavar dinero, desviar recursos, aprovechar palancas, etc... de manera tan eficiente como los grandes dueños de la industria y la banca. En fin, el pequeño propietario se ve aplastado por la competencia injusta y se ve obligado a aumentar las filas de la clase proletaria, es decir, de la clase que depende de un salario para sobrevivir.

Esta tendencia dentro del capitalismo es inevitable, sobre todo, cuando hemos alcanzado un punto tan desarrollado de la etapa global del sistema capitalista, en su fase imperialista. En el capitalismo global no existe la libertad de comercio en términos de igualdad o justicia, existe la aniquilación de las clases intermedias, la acumulación de toda la riqueza social en una minoría cada vez más insignificante y la ley (literalmente legalidad) del enriquecimiento de los monopolios, así como el deterioro de la calidad de vida de la clase trabajadora. A esto se referían Marx y Engels cuando señalaban que la sociedad se dividía cada vez más en dos clases sociales, a pesar de la existencia de clases intermedias, pues estas clases se dirigen inevitablemente a su desaparición en provecho de la clase explotadora, la minoritaria y absurdamente rica, o de la clase oprimida, la mayoritaria y cada vez más miserable.

Por esto alimentar la idea del "emprendedurismo", de la competencia a pequeña escala, del apoyo a la pequeña y mediana empresa entre el proletariado es un peligro latente, pues en medida de que nada puede hacerse contra la centralización de la economía y la imposición de la ley de los monopolios (al menos, por medios meramente económicos), abogar por formas primitivas de economía del joven capitalismo o, incluso, formas precapitalistas de intercambio, es una pérdida de esfuerzo y tiempo, es un paliativo que, por el contrario, mantiene con vida el modo de producción capitalista al perpetuar las relaciones mercantiles que pueden reproducir en cualquier momento las condiciones de explotación capitalista y desvía al proletariado de su deber histórico: tomar el control de este fenómeno de centralización de la economía y organizarlo en disposición del principio de planificación científica de la producción y distribución de la riqueza social (es decir, medios político-económicos).

Todo lo anterior ha sido demostrado en los últimos años en nuestro país, donde la minoría mas insignificante de la sociedad parasita en el lujo, ya sea como un gran empresario o algún sirviente suyo operando en un partido político, sometiendo la actividad política a la voluntad de estos grandes burgueses.  Mientras que la clase baja solo se vuelve más numerosa y los pequeños negocios son desplazados por las grandes cadenas de auto servicio, comida rápida, repartición a domicilio, etc.…

Ahora, con respecto a la desaparición de esta clase de "pequeños comerciantes y empresarios", La crisis por la aparición del Covid-19 solo ha agravado este fenómeno de proletarizacion. Solo la gran burguesía, las grandes marcas y sus dueños, han sido y serán capaces de soportar el paro de las actividades laborales, mientras que la pequeña burguesía, los pequeños propietarios, se dirigen aceleradamente a su desaparición como clase, alimentando las filas de la clase proletaria o directamente al lumpenproletariado, en los casos en que su desaparición no se dé en términos materiales, dentro de un ataúd. Su desaparición se traduce, a su vez, en un fortalecimiento de los monopolios, que, sin competencia de ningún tipo, incrementan su taza de ganancia y su dominación política en todo el mundo.

El estudio marxista de la sociedad capitalista, así como sus principios prácticos han demostrado que solo la clase asalariada tiene la posibilidad de actuar en favor de la mayoría de la sociedad y acabar con los excesos del modo de producción capitalista, aboliendo la propiedad privada de los medios de producción y estableciendo una economía planificada, levantándose violentamente contra todo el orden social establecido, transformando la economía desde la raíz y no con pequeños esfuerzos individuales y autocomplacientes que nada aportan al movimiento obrero y su lucha por la emancipación.

Y hablando de pequeños esfuerzos individuales y autocomplacientes que nada aportan al movimiento obrero y su lucha por la emancipación, tendríamos que señalar, con el objetivo de preparar a la clase obrera contra las patrañas y los remedios mágicos, las ideas de "consumo local", "reactivar la economía", de los mercados artesanales o de intercambio tipo trueque como métodos de combate a la centralización de la economía capitalista y la división cada vez más severa de esta en clases, métodos que parten de una incomprensión de la totalidad del sistema capitalista de producción y su capacidad de aplastar toda resistencia que se dé en el marco de las reglas del juego capitalista.

El consumir local no se traduce en consumir productos de un mercado nacional puro, menos en un país tan sometido al capital extranjero en todas las ramas de su economía, cuando cualquier tienda abarrotera vende el arsenal básico de mercancías transnacionales, ni se traduce en algo bueno (positivo para el proletariado) cuando la relación de explotación obrero-patronal subsiste en cualquier pequeño negocio, en los restaurantes y bares, oficinas, en los mercados, boutiques, etc. esta es la economía que pretende "reactivar" la espontaneidad de las masas.

Lo mismo con la producción artesanal individual y el intercambio por trueque, tan favorecido por el acercamiento pequeño burgués anarquista o “progresista” que no podrán jamás en sus límites combatir la centralización y fortalecimiento de los grandes monopolios, el consumo de las mercancías industrialmente producidas ni la imposición violenta de la ley de los monopolios, y, menos aún sin aprovechar la tecnología industrial, lo que implica adoptar fuerzas productivas capitalistas y, necesariamente, las relaciones de producción implícitas en estas, abandonando el objetivo inicial.

Es necesario combatir activamente estas ideas que se disfrazan de remedio para los males de la sociedad capitalista actual y que en su ignorancia fortalecen el dominio del capital sobre el trabajo y resultan obstáculo para el desarrollo de la conciencia política de la clase proletaria. El cadáver ideológico de la pequeño burguesía, tanto el anarquista como el más liberal, debe ser exorcizado de la conciencia del movimiento obrero por el bien de su emancipación política efectiva.

¿Cómo debe prepararse el proletariado entonces para combatir efectivamente las injusticias derivadas de la barbarie capitalista?

El proletariado en México necesita prepararse para la dominación política, para arrebatar el poder político a la clase parasitaria, fortaleciendo primero sus órganos de combate; Fortalecer sus organizaciones sindicales y crearlas donde haga falta, tanto en número como en calidad teórica y actividad práctica, en las fábricas y oficinas, en donde quiera que exista la división obrero-patronal, reapropiándose, por los medios necesarios, de los derechos fundamentales conquistados por la sociedad burguesa, y conquistando aun nuevos logros. Crear comités de organización y combate popular que defiendan los intereses de las masas oprimidas, fomentando su alianza con el proletariado, capaces de arrebatar al estado sus funciones esenciales, preparándose para establecer su propia legalidad. Denunciar a los peligrosos ignorantes o agentes activos del capital que intenten desviar al movimiento obrero de su objetivo y desenmascarar al orden social existente en sus intentos de justificar y perpetuar su existencia. El proletariado tiene un gran trabajo por delante y, de llevar a cabo su preparación teórico-práctica adecuadamente en este periodo de crisis general del capital por venir podrá salir, con mayor probabilidad, triunfante en el choque inevitable de las clases sociales y establecer su propio orden de cosas distinto.

Víctor Messy..

 

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario